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Open finance en México, ¿qué nos espera en 2023?

Julio Orozco

Julio Orozco Marketing Manager in Mexico

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Open finance en México, ¿qué nos espera en 2023?

En 2022 hemos sido testigos de cómo el ecosistema de open finance en el país se está fortaleciendo y atrayendo cada vez más el interés de grandes actores e instituciones financieras a medida que surgen casos de uso en el mercado. ¿Qué nos espera ahora en 2023?

El sistema financiero tiene a la vuelta de la esquina el próximo gran desafío. El open finance no es sólo un modelo de negocio, sino un nuevo paradigma que, aprovechando el potencial de los datos financieros, habilita nuevas formas de ofrecer productos y servicios.

Este gran desafío no surge de la nada y no es una tendencia pasajera. El sistema financiero se enfrenta a un escenario muy peculiar en México: a pesar de los avances en digitalización de servicios, el país sigue teniendo una baja tasa de inclusión financiera en comparación con otras economías de la región, ya que sólo un 58% de la población tiene una cuenta bancaria. 

Una serie de factores históricos como la falta de confianza en la industria, así como las elevadas comisiones bancarias y la elevada proporción de la población que trabaja en el sector informal, han contribuido a esta situación. Sumado a todo esto, se percibe un cambio generacional que empuja a renovarse al sistema financiero tradicional: de acuerdo con un reporte de Statista, hay más de 5 millones de aplicaciones disponibles en el mercado. En menos de cinco años el número de descargas de aplicaciones superará los 352,000 millones. Tras la pandemia las aplicaciones de fintech reflejaron el mayor crecimiento con un 51% en 2020.

“Este caldo de cultivo genera un contexto propicio para que el open finance se implemente y difunda de manera masiva en México. Este año hemos visto cómo grandes instituciones y jugadores digitales han empezado a integrar el open finance en sus estrategias y en en 2023 veremos cómo la implementación del open finance en México detonará un significante incremento en la inclusión financiera y mejorará los servicios financieros que se ofrecen en el país”.

Pablo Viguera, cofundador de Belvo. 

Una regulación secundaria a partir de la colaboración

«Los reguladores, autoridades, empresas fintech, bancos, y organizaciones trabajaron intensamente a favor de una regulación positiva en 2022, en Belvo estamos seguros que el 2023 será el año del open finance en México, explica Sebastián de Lara, Policy Lead de Belvo en México.

La Ley para regular las Instituciones de Tecnología Financiera, mejor conocida como la Ley Fintech, de 2018 estableció las reglas generales para la operación, creación y regulación de este tipo de empresas y posicionó a México como un país de avanzada por tener la primera ley de este tipo. Sin embargo, con dos años de atraso, se sigue en espera de determinadas regulaciones secundarias, en específico para el open finance, enfocadas en los datos transaccionales de los clientes y la implementación de APIs reguladas para todos los jugadores (mismas que son obligatorias tal como lo contempla la ley) .

En este sentido, 2023 puede ser el cambio de ritmo para la regulación del open finance en México – que hoy se muestra un poco detenido por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV)–, ya que el regulador ha mostrado apertura, conocimiento, capacidad técnica y un mayor acercamiento hacia las entidades involucradas en este sentido. 

“Esto puede significar que las reglas secundarias que se emitirían no sólo se concebirían desde las necesidades de la entidad sino que habría una voluntad de incluir las propuestas y experiencia de las empresas de open finance en el país”, añade De Lara, quien cree que un enfoque colaborativo en el conjunto de Latinoamérica será clave para hacer avanzar estos modelos en toda la región. 

“En parte, la cooperación latinoamericana en finanzas digitales ya está ocurriendo. El Banco de la República de Colombia está trabajando con el Banco Central de Brasil para implantar un sistema de pagos inmediatos (IPS) inspirado en el PIX de Brasil. Aunque esto pueda sonar optimista, creemos que es más que posible: la comunicación, la voluntad de aprender, compartir y colaborar son ingredientes clave que han ayudado a que estos modelos prosperen en otras regiones”

Sebastián de Lara, Public Policly Lead en Belvo.

Nuevas fuentes de información

Además de la revolución de los pagos y una regulación más colaborativa, la necesidad de nuevas fuentes de datos será algo que marcará en 2023. Sin duda, los datos bancarios y fiscales ya están reconfigurando la manera en la que el sector percibe la salud financiera de los usuarios, pero la realidad es que existen otras fuentes que nos muestran otras partes de la vida financiera de las personas. 

Un ejemplo sencillo sería la información sobre las facturas de servicios públicos, tales como agua, energía eléctrica o telefonía. Esta información proporciona una visión de consumo recurrente y tiene el potencial de dar visibilidad crediticia a personas sin un historial de crédito tradicional, pero que sí cuentan con un registro de gestión responsable de sus finanzas.  

Otro tipo de información financiera que puede jugar un importante papel tiene que ver con seguros e inversiones, así como todos los datos que se podrían extraer de los sistemas de seguridad social en México. La información que se extraería del IMSS o ISSSTE podría servir para confirmar que una persona tiene un trabajo formal y estable, se tendría acceso a información de retiro, pensión o ahorro para compra-venta de vivienda, entre muchos otros. 

“La vida financiera de las personas existe fuera del sistema financiero tradicional y el verdadero reto en 2023 será encontrar maneras de extraer estos datos, enriquecerlos y volverlos útiles para crear mejores oportunidades y un mayor abanico de servicios y productos financieros”

Sebastián de Lara, Public Policy Lead

La implementación de pagos a través de open finance

Según cálculos del Banco Mundial, aproximadamente 50 millones de personas empezaron a realizar pagos digitales en comercios durante el primer año de la pandemia. Fintechs, neobancos, billeteras digitales u otros actores del sector están ofreciendo cada día nuevos métodos de pago alternativos para cerrar la brecha con los servicios tradicionales. Sin embargo, el 58% de las compras en tiendas siguen siendo realizadas en efectivo

Aunque por detrás de Brasil y Colombia, el porcentaje de pagos realizados mediante métodos de pago alternativos en plataformas de comercio electrónico ya alcanza el 34% en México, frente a la media del 39% en Latinoamérica o el elevado 50% alcanzado en Colombia. 

Sin embargo, se espera que la adopción de estas nuevas formas de pago, que incluyen el pago a través de billeteras digitales, o mediante sistemas de pago cuenta a cuenta como SPEI,  continuará creciendo en 2023. Según un estudio realizado por Ebanx, estos nuevos sistemas de pago tienen el potencial de cerrar las brechas de inclusión financiera en la región. El ejemplo de Pix ya apunta a esa tendencia, así como los Pagos Seguros en Línea en Colombia. En el caso de México, 2023 será un año definitivo para ver cómo se desarrollan estos avances. Si bien, ya existe el sistema de pagos CoDi, no ha tenido la adopción adecuada como las anteriores.

Uno de los principales catalizadores de los cambios en el sector de los pagos electrónicos es el open finance, que tiene como uno de sus objetivos facilitar formas de pagos más accesibles, seguras y rápidas. Los mismos canales seguros que se emplean para el intercambio de datos pueden utilizarse para mover dinero directamente entre las cuentas bancarias de los usuarios.

Gracias a esto, es posible integrar funcionalidades como “pagar con mi banco” en plataformas de comercio electrónico u otras plataformas digitales. En estas, los usuarios podrían encontrar la opción de iniciar un pago directamente desde su cuenta bancaria, a la que se conectarían autenticandose con sus credenciales de forma segura. 

Un nuevo estudio de Juniper Research que mostró que el valor de las transacciones de pago globales facilitadas por open finance superará los $116 mil millones en 2026, lo que muestra cómo otras regiones ya están aprovechando esta capacidad de mover dinero sin todas las fricciones que se muestran en los modelos actuales en México.

Una mayor adopción por parte de usuarios e instituciones

Finalmente, 2023 será el año en que el usuario final se sienta más cómodo y seguro de compartir sus datos financieros a través de las plataformas de open finance.  

Con la expansión de las tecnologías de la información en el mercado de servicios financieros, no sólo han incrementado el valor y la cantidad de transacciones, sino que también el número de usuarios ha crecido exponencialmente. Según un estudio realizado por Statista, se estima que para 2022 habrá un total de 64 millones de usuarios fintech de pagos digitales. Otros segmentos del sector, tales como inversiones digitales y recursos digitales presentaron también un creciente número de usuarios. Esta apertura hacia el sector fintech es la primera muestra de que el usuario busca y exige mayores servicios digitales y está dispuesto a intentar nuevas maneras de gestionar su vida financiera. 

Cerca de 3 millones de personas han conectado sus cuentas financieras de forma segura a través de Belvo para compartir datos o iniciar pagos, lo que nos da la certeza de que esta apertura cada vez es más evidente. Además, el interés por estos modelos de grandes jugadores como Mercado Libre y Rappi, así como grandes instituciones financieras que ya están implementando estos modelos, apunta a un aún mayor crecimiento exponencial en el horizonte cercano. 

Como ven, el 2023 traerá grandes retos pero aún más grandes recompensas para las empresas que ofrecen o han implementado modelos de open finance. Sin duda es una oportunidad de oro para impulsar la creación de productos y servicios financieros que sean relevantes para los usuarios. Veamos a 2023 como el año en que el open finance por fin logrará derribar la barrera de la inclusión financiera en México.

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